Una pequeña isla de Irlanda es atacada por un grupo de extraterrestres que se alimentan de sangre humana, pero pronto sus habitantes se dan cuenta de una defensa contra los invasores: Ellos no se alimentan de personas borrachas.
No puede ser coincidencia que el apellido del director de Grabbers sea Wright ya que esta película tiene prácticamente las mismas intenciones del cine de Edgar Wright, presentarnos una comedia mezclada con otro género que se enfoque en el arco de desarrollo de un personaje mientras se parodia un poco la cultura británica. Aunque el resultado final es muy positivo, la verdad es que Jon carece del talento narrativo y la atención al detalle de su supuesto primo Edgar... o su supuesto primo lejano Joe.
Disclaimer: No, en realidad Jon Wright no tiene ninguna relación con los otros dos directores británicos con los que comparte apellido.
El foco cae sobre Ciaran O’Shea, un policía (bueno, un garda realmente) alcohólico que debe compartir un par de semanas con su nueva compañera Lisa, una mujer obsesionada con su trabajo. Aunque el humor de “pareja dispareja” es bastante típico, funciona porque hay buena química entre los dos personajes y porque se nota como se van desarrollando poco a poco ante la influencia del otro. A esto ayuda mucho que el garda sea interpretado por el divertidísimo Richard Coyle (ustedes lo recuerdan como Jeff en la genial Coupling) que sabe poner gravedad a las escenas en las que el personaje lidia con problema con la bebida.
Pero me estoy adelantando, ustedes no están acá por las pocas referencias que este film pueda hacer a esta grave adicción. Ustedes están aquí porque quieren reirse un buen rato y puedo asegurarles que lo van a hacer. El tercer acto de la película puede resumirse básicamente como “borrachos vs aliens” y es tan bueno como suena, con los protagonistas lidiando no sólo contra las monstruosidades sino contra la propia torpeza de su alicoramiento. Hay escenas realmente divertidas aquí y todos los personajes principales son lo suficientemente carismáticos y coloridos.
El diseño de los aliens es uno que se está volviendo bastante regular: una especie de cruce entre un pulpo y una estrella de mar que me recuerda a partes iguales a Shuma Gorath, los mimics de Edge of Tomorrow y las criaturas de Deep Rising. No son lo más original ni aterrador del mundo pero cumplen su cometido. El CGI que los trae a la vida es bueno, pero aun así hay escenas en las que se nota demasiado el efecto. Afortunadamente las principales apariciones de la criatura principal ocurren en una noche lluviosa, lo que ayuda a camuflarlo. También hay unas versiones “bebés” que parecen salidas de Slither, pero tampoco aportan demasiado al film.
Pero creo que el verdadero problema del film radica en que sus ideas no terminan de cuajar o carecen de gravedad. Lo que hace especial a los trabajos de Edgar Wright es que su perfecta combinación de comedia y elementos “de género” son solo la base de una historia perfectamente desarrollada en que las acciones tienen consecuencias, en que no todo siempre sale bien y los personajes deben reaccionar a los eventos desagradables, pero aqui lla muerte de algunos personajes no parece afectar mucho a los demás, los efectos del alcoholismo o la adicción al trabajo se hacen notar pero no tienen muchas consecuencias, no se siente que haya un verdadero riesgo para nadie y a causa de esto Grabbers termina siendo una hora y agradable, pero nada memorable.
CALIFICACIÓN: 6.5/10
No hay comentarios.:
Publicar un comentario