Esta película es mucho, muchísimo mejor que el libro parodia de Seth Grahame-Smith en que está basada.
Lastimosamente, eso no es algo difícil de lograr
La idea de insertar zombies y artes marciales al gran clásico de Jane Austen fue una idea novedosa y divertida, pero que no fue capaz de estirarse por las 317 páginas del libro, volviéndose cada vez más tonta y repetitiva. Lo bueno es que la película no trata de adaptar fielmente el libro, eliminando algunos de sus elementos más estúpidos y poniendo en acción y con mucho estilo algunos de sus mejores momentos.
Para los que no están familiarizados, Orgullo y Prejuicio nos cuenta la historia de Elizabeth “Lizzy” Bennet, la segunda de cinco hermanas en la inglaterra rural durante la época de la regencia (comienzos del siglo XIX) que, afanadas por su madre en buscar un marido de buen dinero y posición social deben lidiar con la insidiosa distinción de clases existente entre la aristocracia y la forma como los prejuicios entre las personas impiden conocer cómo son en realidad. Esta es una gran novela tanto romántica como social. En la versión de Smith tenemos la misma historia básica, pero en un mundo invadido por no-muertos por lo que la mayoría de personajes están entrenados en kung-fu, ninjitsu y uso de armas de fuego para despachar a los zombies con un humor algo crudo que a veces recae en situaciones tan tontas como hacer que un personaje vomite constantemente.
Es curioso que la película le baje el tono al humor. Si, está presente, pero decide confiar en que el planteamiento sea lo suficientemente absurdo para crear la comedia por contraste sin necesidad de soltar chistes a cada momento. En ese sentido no puedo sino felicitar a los actores que se toman su papel ABSOLUTAMENTE EN SERIO, lo que colabora muchísimo al tono de la película... (bueno, todos menos Matt Smith. Ya les explico luego).
Pero aunque logra tener la comedia bajo control hay otros elementos que Pride + Prejudice + Zombies no logra definir tan bien. El drama romántico, el horror y la acción vienen a un ritmo tan extraño que muchas veces no sabemos qué es lo que estamos viendo. Este problema lo atribuyo a los múltiples escritores, directores y productores que alguna vez tuvieron en sus manos este proyecto y que seguro lo influenciaron y lo fueron cambiando de una u otra forma. En algún momento incluso David O’Russell iba a estar a cargo de esta adaptación (no quiero imaginarme como hubiera sido eso). De este modo tenemos que las escenas transcurren de modo muy poco orgánico, sin elipsis ni vínculos entre ellas que nos hagan entender el paso del tiempo o la relación entre los eventos. La historia romántica del film no parece ir de la mano con la historia de zombies, a la cual le han agregado elementos relacionados con el apocalipsis e incluso en algún momento juegan con la idea de que los zombies pueden conservar sus facultades mentales y coexistir con la humanidad... pero estas ideas a la larga solo terminan siendo mcguffins que no van para ningún lado. Lástima.
Una de las pocas escenas que logran reconciliar el romance y la acción es la pelea entre Elizabeth y Mr. Darcy, en la que ponen en puños y armas toda la fuerza que ponen en sus palabras en la novela de Austen. Es un momento excelente que logra ser divertido, emocionante e incluso hasta mostrar la tensión sexual existente entre ambos.
Lástima que las demás escenas de acción no sean tan buenas. Aunque la mayoría de combates contra los zombies tiene una edición demasiado rápida que no deja apreciar lo que ocurre y en la que los momentos más violentos (decapitaciones, mutilaciones) ocurren en un segundo plano (o en un caso en primera persona desde la cabeza del zombie) para mantener el gore al mínimo. Todo esto para mantener una clasificación PG-13.
Este es sin duda el más grande error de la película. La acción zombie sin sangre y tripas, así sea en una comedia, pierde mucha gracia. Si no pregunten a World War Z, al menos en esa tenían la excusa de un presupuesto tan alto que tenían que recuperar la inversión atrayendo el público más amplio posible. En este film de menos de 30 millones solo se puede pensar que estaban apuntando al público de chicas adolescentes, que podían ver en la historia romántica con elementos sobrenaturales algo estilo “novela para jóvenes adultos” a lo Twilight o Warm Bodies, y hay momentos en la película que reflejan esta intención.
Encabezando el elenco tenemos a Lily James, La prima Rose de Downton Abbey que logra ser creible tanto como la Liz Bennet clásica como la hábil espadachín de esta versión. Me encanta que a ella y a sus hermanas se les permite tanto ser combatientes aguerridas como románticas incorregibles que se emocionan tanto por la posibilidad de acabar con los zombies como de ser invitadas a un baile. No quedé tan convencido por el Mr. Darcy de Sam Riley, pero eso se debe más a la estética del film que al actor, y es que un joven con abrigo de cuero y peinado de Justin Bieber se aleja mucho de la imagen que tenemos del amo de Pemberley.
Lena Hadey era un casting de ensueño para Lady Catherine, pero su rol quedó reducido a casi nada y se cambió demasiado su papel de antagonista, privandonos de la pelea entre ella y Liz que narra la parodia de Grahame-Smith. Hablándo de ella. Que triste es que sus guardias no sean ninjas como en ese libro.
Pero el mejor sin duda es Matt Smith como el primo Collins, el personaje más gracioso sin duda. Que bueno que a nuestro Onceavo Doctor se le permitió hacer este personaje de una forma tan divertida.
Vaya, no pensé que fuera a escribir tanto sobre esta película. Para terminar debo decir que esta no es una gran película ni de acción ni de romance ni de zombies, pero que sin duda resultará una delicia para fans como yo de la obra de Jane Austen, pues vamos a reconocer todos los elementos del libro adaptados a esta curiosa versión, lo cual nos robará más sonrisas que a aquellos que no conozcan esa novela (o esa miniserie, o esas películas...) que comienzan hablándonos sobre una verdad universalmente aceptada...
CALIFICACIÓN: 6/10
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